Por: Otto Gerardo Salazar
El fascismo, que creíamos sepultado después de la segunda guerra mundial, ha mostrado sus orejas de lobo y hoy se hace presente en varias esquinas del mundo. En Israel, Estados Unidos y la Argentina. Son básicamente un peligro para la paz mundial y para ellos mismos en el orden político en Occidente basado en la democracia.
Incluso son una amenaza para otros órdenes "no democráticos", pero al fin de al cabo, "órdenes". La democracia representativa occidental no puede ser la única fórmula de solución ni el régimen de gobierno universal. Me refiero a países como Rusia, China y Corea del Norte, contradictores históricos de las democracias occidentales que no se han sometido al orden mundial del modelo económico y político de Occidente liderado por los Estados Unidos, con una Otan que les respira en el cuello. Incluso la India, se desliza hacia allí.
El principio del fascismo es el rechazo a las doctrinas liberales, de la autonomía y los derechos individuales y el pluralismo político. La característica de los fascismos es el fundamentalismo, formulado en un proyecto de únidad nacional monolítico que suprime la discrepancia. Su estilo es radical y su discurso, vociferante, al estilo hitleriano.
"Make america great again", recuerda la promesa del "fuhrer" de recuperar la dignidad y la economía alemana. No dudan en amenazar con el uso de la violencia e incluso, usarla, como las hordas que asaltaron el capitolio en los Estados Unidos el 6 de enero de 2021. Milei hizo campaña con una motosierra en las manos y vociferando: "No tengan miedo, den la batalla contra el zurderío, que le vamos a ganar, somos superiores productivamente, somos superiores moralmente; ¡esto no es para tibios, viva la libertad carajo!" Ochos meses después agarró a bolillo a sus ancianos pensionados por reclamar un bono de pensión que recuperara la perdida de valor efectivo de lo que recibían.
Mientras en medio oriente, Netanyahu, gobernando con los sectores de ultraderecha de Israel, consuma un genocidio a cielo abierto: 40 mil muertos, la mayoría, niños, mujeres y ancianos inermes. Algo muy parecido al Holocausto.Todo fascismo esta condenado de antemano a su derrumbe, pero suelen llevarse en su caída los valores humanos más preciados, la convivencia y la paz. La inviabilidad de estos regímenes esta en la premisa que pretende sustentar una sola idea en contra la diversidad y variabilidad ideológica que debe florecer en la genuinas democracias: la pretensión dogmática de un solo credo ideológico, la supresión del disenso necesario, de la confrontación y libre examen de las ideas.
El fascismo de Italia y de Alemania, y los posteriores de la Unión soviética, sucumbieron ante la falta de diversidad ideológica. Y a lo mismo están condenados regímenes políticos cuyo soporte sea el fundamentalismo religioso.
La naturaleza, para prosperar necesita la variabilidad y diversidad. Cada mutación es una oportunidad una "diversificación" de su "portafolio de inversión" que garantiza que si una apuesta se cae, otras múltiples opciones la soportan. Meter todos los huevos en una canastilla siempre será un riesgo.