Ana Fabricia Córdoba
Miguel Hernández
Para la libertad
Sangro, lucho, pervivo
Para la libertad
Mis ojos y mis manos
Como un árbol carnal, generoso y cautivo
Doy a los cirujanos.
Para la libertad
Siento más corazones
Que arenas en mi pecho
Dan espuma mis venas
Y entró en los hospitales
Y entro en los algodones
Como en las azucenas.
Porque donde una cuencas
Vacías amanezcan
Ella pondrá dos piedras
De futura mirada
Y hará que nuevos brazos
Y nuevas piernas crezcan
En la carne talada.
Retoñarán aladas
De savias y de otoño
Reliquias de mi cuerpo
Que pierdo en cada herida
Porque soy como el árbol
Talado que retoño
Aún tengo la vida
Aún, tengo la vida.
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