viernes, septiembre 09, 2011
Truenos y centellas contra la lectura y la escritura
Por: Otto Gerardo Salazar Pérez*
En relación al tema de la lectura y la escritura, de cuando en cuando registro que aparece algún “académico” cascarrabias que dispara truenos y centellas en contra de los estudiantes que no sabe leer ni escribir. Muy cómoda la posición. Achacar toda la culpa a uno de extremos en cuestión.
Lo peor es que se sobran de improperios mientras minimizan en argumentos. Me envían por correo, desde varios puntos, un texto insulso y machacón de profesor y editor José Alvear Sanín sobre toda la culpa y desdicha de los estudiantes, masa de nervios, sangre y huesos modelada por nuestras propias manos.
Refiere el libelo que los bachilleres son prácticamente analfabetas, son un alumnado ignaro, iletrado, sin curiosidad intelectual y deslizados de un grado educativo a otro por la “promoción automática”. Agrega incluso que cuando son egresados, acaban “fatalmente en la docencia”. ¡Bienvenido al ruedo, profesor Alvear!
Lo digo porque fui uno de los peores lectores y escritores en la escuela. Y terminé en la docencia. Tuve la fortuna, agrego, de aprender a leer, no por mis profesores, sino por la insinuación fresca y desprevenida del flaco Carrillo, un parcerito que tenía ideas locas, entre ellas, la de ser escritor. Tampoco había aprendido nada en la escuela. Lo hizo con la manada que se refugiaba en una esquina a aprender a fumar como adultos y a revisar revistas de Playboy.
No tienen la culpa los estudiantes si la oferta de lectura en la escuela, año tras años es la misma, insulsa y descolorida, porque los maestros no leen ni actualizan el corpus de obras.
Segundo, hace mucho tiempo desaparecieron las generaciones “cultas” centradas en el libro –cultoras de la pureza idiomática- para dar paso a la presencia de múltiples culturas en la escuela. Reconocimiento obvio de nuevas realidades, entrecruzamiento e hibridación cultural.
Tercero, reniega el profe Alvear de la formación posgradual de los docentes en muchas de esas instituciones que viven ya sólo del prestigio heredado de otras épocas porque desde su punto de vista, no sirve para nada. Cuando ni una sola de las universidades colombianas ha podido colarse en el ranking mundial de las mejores universidades, dominado por Estados Unidos y Europa.
Finalmente, si se cierran bibliotecas, librerías y editoriales y periódicos, es porque han renacido y fortalecido a través de otros medios, no porque se extingan.
Para finalizar: el problema de la lectura y escritura en la escuela debe dejar de ser un “problema” para convertirse en un tema y campo de estudio en las instituciones. Y el primero que debe pasar al banquillo, son los docentes, no los estudiantes, porque es sobre su cabeza y en su hombros donde debe recaer la responsabilidad.
*Docente Unillanos
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2 comentarios:
Hola Otto me parece interesante la critica que tu haces a ese escritor me gustaría saber el nombre del libro para leerlo y mirar cual es la posición de ese autor sobre la lectura y escritura
Gracias
Alicia
Me encanto esta critica,un profesor la leyo en el colegio y me hizo pensar mucho si de verdad el problema era de los estudiantes, desde mi punto de vista es de los dos, primero por el poco interés del estudiante y por otra parte ps profesores que caen en el acto mediocre de meter cosas en nuestras cabezas como si fuéramos una papelera...pero bueno este es mi punto de vista con mucho respeto
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