jueves, febrero 09, 2006

CARICATURA DEL DOGMATISMO

Las protestas por las caricaturas de Mahoma, publicadas en un diario de Dinamarca han dejado 11 personas muertas en Afganistán y nos recuerdan el caso del escritor inglés de ascendiente indio, Salman Rushdie, condenado a muerte por el Ayatolá Komehini, a raíz de la inclusión en su novela “Los Versos Satánicos” de Mahoma como personaje, quien aparece allí como una actor de cine indio que cae de un avión accidentado en las costas de Inglaterra.

Esta vez la controversia se originó por la publicación de 12 caricaturas del profeta en un diario danés, que posteriormente fueron divulgadas por otros medios de prensa europeos, Australia y Nueva Zelanda. El hecho, por una parte, desnuda la intolerancia y dogmatismo que inculcan la excesiva religiosidad, y por otra, el poder demoledor de la risa y el humor en contra de los totalitarismos ideológicos de corte religioso o político, o en este caso, de ambos a la vez.

El humor es manifestación de inteligencia y revelan a la risa como un instrumento eficaz para relativizar las cosas. Lo excesivamente ceremonioso, el trascendentalismo, la observancia ritual que logra idiotizar a las personas en ocasiones, encuentran en la risa, el chiste o el comentario jocoso el traspiés que pone en tierra y en sus justas proporciones lo que pretende ser sagrado e inviolable.

Al maestro o al cura lo desbarata la risa de su alumno o feligrés. Se cae el borrador de las manos, se voltea el cáliz o desacomoda la corbata del predicador porque queda desenmascarado el rol y la impostura; o en otras palabras, la mentira. Y así vamos pervirtiendo y atormentando una niñez y juventud que en lugar de aprender a disfrutar momentos de dicha, se vuelven grises y brumosos. Sólo vuelven a ser ellos mismos cuando salen en la calle con los otros.

En este caso, las caricaturas por vía del humor, evidencian de manera publica quizás los mas sagrado de un ser humano vivo: la posibilidad expresar, de manifestar su pensamiento, mejor dicho, su posibilidad de “pensar”. ¿Y quién puede oponerse, por convicción religiosa o política a que otro ser piense en contra de la esencia fundamental del ser humano? Ni siquiera las religiones están por encima de ello, porque aun ellas, para ser elaboradas, recibieron el auxilio de la razón.

La risa y el humor liberan, manifiestan la capacidad creativa de relacionar elementos dispares que hacen agudo el pensamiento para lograr una vida feliz y plena. Es en lo que deberían pensar los maestros, que desde las escuelas, se han prestado secularmente para enseñar religión en las escuelas, siendo un ámbito personal y privado de sus alumnos y familias. Mas valdrían sus clases de lúdica y recreación para construir un mejor país.

*Docente Unillanos

No hay comentarios.: