jueves, octubre 20, 2011

Tics y Democracia

Surgidas con fuerza en el campo militar, administrativo, para pasar luego al de la educación, las Tics se desataron en las masas ciudadanas con efectos impredecibles. Aunque se parecían, eran todo lo contrario a los medios masivos de comunicación, pues establecían una dinámica efectivamente comunicacional.  Aunque los medios habían surgido como expresión de la comunidad, pronto fueron atenazados y dominados como un factor estratégico de dominio por las élite política y económica. Su potencia se detuvo en lo informativo, e instrumental con fines de  direccionalidad, de la cual se excluyó sistemáticamente a los sectores populares. Que quedaron mudos e impotentes para manifestarse.
Las Tics fueron así erosionando el poder consagrado y secular de los medios masivos de “información”, y haciendo florecer la comunicación, como queda sentado arriba. Restituyó la voz a los otros anónimos, mediante massenger,  blogs, twiter, facebook, las cámaras de celulares interconectadas a internet y todo una suerte de dispositivos efectivamente comunicacionales que por mucho tiempo negaron los medios masivos de comunicación. Hizo que proliferara lo que con rabia dentada muchos regímenes dictatoriales –de izquierda o de derecha- o democracias de fachada llaman “diversidad ideológica”, “crítica abierta”, o “circulación libre de ideas”.
A la lentitud de ideas que debían circular en los libros –que podía tardar años-, adicionaron la inmediatez. Grandes medios de información escritos, expresión de conglomerados económicos,  y grupos de poder político, se vieron abatidos y humillados por la explosión informativa de los medios digitales, donde hasta un particular, puede emitir desde su canal personal de televisión digital.
No significa que todo de por sí sea bueno y constituya una virtud para beatificar. La cosa tiene sus bemoles. Aunque de forma mayoritaria la cosa es buena pues desata nudos de poder y democratiza la información para construir sociedades más igualitarias y mejor comunicadas, puede ser fuente de expresión radical, dogmática y visceral intolerancia de izquierdas y derechas. Basta ver los comentarios en las secciones de los usuarios de los diarios y revistas de internet.
O para hablar de la aldea: la amenaza velada que hacen los estudiantes en contra de Manuel Álvaro Ramírez por “permitirse” expresar sus puntos de vista. Estemos o no de acuerdo con ellos. Primero tratan su expresión de “comunicación clandestina” cuando circuló ampliamente como para que muchos estuviéramos al tanto. Al menos fue valiente y puso su nombre sin escudarse en un colectivo de docentes, por ejemplo.  A su opinión, la llaman “distorsión” por alejarse de la ellos. Y de remate, lo amenazan con un proceso disciplinario. ¿? ¿Delitos o faltas de opinión?
Escriben los estudiantes que: “hacemos un fuerte llamado de atención a los docentes y administrativos a respetar al movimiento estudiantil”. ¿Y desde cuando opinar diferente vulnera una razón bien sentada y justificada?
En lo que pecó Manuel Álvaro, fue en lo ingenuo de decir a viva voz, que existen grupos de poder y que se mueven alfiles.  ¡Que yo sepa, eso no existe!!! Estemos en la orilla que estemos, para no ser hipócritas.  Esas cosas no se dicen, Manuel, pues son con el deseo incestuoso, los impulsos parricidas o el recuerdo de intentar verle los cucos a la maestra  cuando estábamos en primaria. ¡Ahora que estamos en la U, quién lo va decir!

*Docente Unillanos

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